Los niños más inteligentes de la historia (I)
Todos pensamos que nuestros hijos son los más listos del mundo, no en vano ya se buscan sus mañas para hacerse valedores de ese título cuando intentan camelarnos para disfrutar de ciertos favores o caprichos a los que intentamos resistirnos. Pero ser inteligente, por regla general, puede ser también otra cosa, especialmente cuando nos topamos con auténticos niños-genio.
A lo largo de la historia han sido algunos esos niños que nos han sorprendido con unas dotes innatas para ciertos actividades, especialmente aquellas que están relacionadas con el arte. ¿Quieres conocerlos?
Wolfgang Amadeus Mozart
Si alguien piensa en un niño prodigio a lo largo de la historias es inevitable referirse a Mozart. Con solo tres años ya tocaba el clavicordio con total soltura, así que con ocho ya había compuesto su primera sinfonía y una ópera a los doce. Algo que no ha conseguido ningún otro compositor del mundo. Y es que su talento musical fue descubierto a muy temprana edad y animado y seguido por toda su familia. Con solo cinco años fue capaz de seducir a toda la Corte de Austria. Aunque todo ocurrió muy rápido en su vida ya que murió con solo treinta y cinco años y con más de 600 obras musicales compuestas.
William Rowan Hamilton
Este irlandés, nacido en 1805, que más tarde consiguió ser uno de los matemáticos más importantes de Europa, con tan solo cinco años tenía un dominio increíble de las lenguas. No en vano dominaba perfectamente el latín, el griego y el hebreo. Tal era su capacidad para el control de cualquier idioma que a la edad de trece años controlaba, con toda perfección, trece idiomas diferentes. Dos años después consiguió encontrar errores en las distintas teorías matemáticas que hasta el momento estaban vigentes, así fue nombrado profesor mientras terminaba sus estudios.
Pablo Picasso
Quizás animado por su padre, que era profesor de dibujo, el pequeño Pablo siempre estuvo muy unido al mundo de la pintura desde muy temprana edad. Su primera gran obra de arte, de la que no quiso separarse nunca, fue «El pequeño picador», una pintura al óleo que realizó con tan solo ocho años después de acudir a una corrida de toros. A los diez mostró una parte artística llena de un feroz realismo, mostrando así la confianza que tenía en sí mismo y lo que, sin duda, sería su gran pasión: la pintura.
Vía | Arturogoga
Foto | Cosas del Rebalaje