Los niños en el cine: Michael Oliver
Ya hemos visto como la incursión de los niños en el cine no siempre es una carrera llena de éxitos y glamour. En algunos casos solo se trata de una serie de apariciones esporádicas, eso sí, con mucho éxito, pero que acaban difuminándose en la historia de la gran pantalla. Otras, en cambio, son un trampolín para llegar a lugares más altos, y otras, acaban convirtiéndose en verdades carreras interpretativas.
El chico que hoy os voy a presentar seguro que lo conocéis de sobra aunque solo ha hecho dos películas a lo largo de toda su vida. Dos comedias en las que se presentaba como un travieso insufrible y con la que querían ayudarnos a entender las dificultades, pero también los inmenso beneficios, de la adopción. Michael Oliver fue el artífice de uno de los personajes más desquiciantes de Hollywood en «Este chico es un demonio».
Michael Oliver ya empezó bien pequeño a posar delante de las cámaras. Primero, como suele suceder en estos casos, para distintas campañas comerciales. Con dos años ya estaba la criatura dando tumbos en pasarelas y casting a fin de conseguir un lugar destacado en el paseo de la fama. Fue en una de esas pruebas cuando, con 9 años, lo eligieron para interpretar al niño protagonista de «Este chico es un demonio», tal fue el éxito que un año después se grabó la segunda parte.
Pero como suele pasar en estos casos, el interés económico fue mucho más importante que el artístico y así su madre, por sus malas gestiones, logró arruinarle su carrera artística (si es que la tenía). Tras varios litigios entre la productora y su familia, Michael decidió alejarse del mundo del cine. Hoy tiene 32 años y se dedica al mundo de la música.
Vía | Wikipedia
Foto | Hoy cinema