El niño en la cocina: algo más que un chef
Compartir la tarea culinaria con tu hijo puede ser toda una experiencia altamente enriquecedora para ambos. No sólo vamos a enseñarle a valorar y disfrutar de uno de los trabajos vitales para el sustento humano, si no que también, va a ir aprendiendo y asimilando la importancia de los distintos alimentos y su preparación, haciendo de él un adulto sano con capacidad de apreciar un menú equilibrado por encima de tanta comida rápida e insana.
Hay que tener en cuenta que el placer de la cocina es algo que a los niños les encanta, sobre todo porque el resultado es inmediato y la satisfacción ante la tarea hecha es algo que llena de orgullo y alegría a los más pequeños. Por eso hoy os vamos a indicar algunos pasos a seguir para iniciarlos en su tarea de chefs. Diversión y educación culinaria todo en una.
Hay que tener en cuenta que estas pequeñas tareas están pensadas para niños a partir de cinco años. Debemos llevar especial cuidado y evitar: la manipulación de cuchillos, no acercarse al fuego ni tocar ningún aparato eléctrico sin la supervisión de un adulto y, sobre todo, lavarse las manos antes de manipular los alimentos.
Las primeras habilidades a desarrollar son:
- Tamizar la harina. Coloca un bol bien grande (de este modo evitarás que la harina acabe repartida por toda la cocina), dale pequeñas cantidades medidas y deja que vaya tamizando. Verás como disfruta.
- Lavar los productos frescos. Ya sabes que todo lo que signifique ‘jugar’ con agua a los niños les encanta. De este modo vamos a aprovechar a enseñarle que hay que lavar la fruta y vegetales crudos antes de comerlos. Llena un poco el fregadero, no mucho, e introduce allí los alimentos a lavar. Si uno de ellos son las hojas de lechuga, enséñales luego a secarlas con el escurre verduras manual, ya verás como no parará de darle vueltas.
- Mezclar alimentos. Este es uno de los más habituales. Para hacer la primera prueba podemos enseñarle a mezclar azúcar con canela y así tener un ingrediente especial para utilizar en las tostadas. Para ello cogeremos media taza de azúcar y dos cucharadas de canela en polvo, les dejaremos que lo mezclen bien hasta que el azúcar se vuelva marrón. Más tarde, con la ayuda de un embudo, le pediremos que lo introduzca en un recipiente.
Vía | PequeRecetas