Mi hijo muerde ¿qué debo hacer?
En cierta etapa de la vida es normal que los niños tengan la necesidad de morder, puede ser algo ocasional y sin importancia o puede volverse un hábito que debemos desterrar. Puede suceder que el niño que aun no puede comunicarse bien de manera verbal sienta cierto grado de frustración al no ser entendido y eso lo lleve a morder, expresando de forma corporal como puede.
Los niños tienen la tendencia de buscar satisfacer sus necesidades, siempre lo hacen de una manera inocente. Para ellos cualquier cosa que estén haciendo tendrá una razón válida, podrá ser que tengan hambre, que sientan dolor cuando les está saliendo los dientes o que estén imitando a otro pequeño.
Si notas que el pequeño muerde en muchas ocasiones o tiene algún comportamiento agresivo sin razón aparente podrás comprobar que no esté frente a un caso de alergia, o consulta con el médico si es necesario realizar una evaluación muscular, analiza en qué momento muerde pensando su día a día.
El paso siguiente será enfocarte en las causas subyacentes que provocan que el niño tenga la necesidad de morder. No solo viendo la razón del momento, como conseguir que le den un juguete, una golosina, etc, sino analizando las razones más profundas que lleva a querer expresarse mediante una fuerte mordida.
El paso siguiente será enfocarte en las causas subyacentes que provocan que el niño tenga la necesidad de morder.
Podría esta sintiéndose solo, con celos, con impotencia, frustrado o angustiado. Por eso gritarle o castigarlo por la mordida no solucionará nada, al contrario, empeorará la situación. A veces, los niños empiezan a morder cuando notan que los adultos que lo rodean toleran agresiones al cuerpo o agresiones psicológicas, naturalizan lo que van observando.
Una manera de prevenir las mordidas es respetar la guía interior del niño, evitar colocar sobre ellos altas expectativas o castigarlo sistemáticamente. Es necesario que se logre que el niño se sienta amado, escuchado, conectado con los padres, y que sientan, en base a su edad que es un ser independiente. En ciertos casos se podrá evitar que jueguen con pequeños de la misma edad, o que si juegan con ellos están siendo observados por adultos.
Presta atención a lo que quieren decir, si notas que el pequeño muerde para llamar la atención, evidentemente necesitará de tu atención real. Si se muestra con frustración, se tendrán que bajar la cantidad de estímulos que recibe brindándole la posibilidad de jugar y divertirse en base a sus gustos y necesidades.
Una manera efectiva para reducir las mordidas es reduciendo el nivel de estrés, de él y del entorno en general. Es muy beneficioso llevar un estilo de vida que sea más tranquilo.
Vía | Crianza Natural
Foto | Pixabay – Maomao
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