Los hidratos de carbono en la alimentación infantil
Los hidratos de carbono son imprescindibles en la dieta de todos, pero principalmente en la de los niños. Son los que aportan energía y en el caso de los niños el gasto es muy elevado. Si la dieta no incluye suficientes hidratos de carbono, el cuerpo recurre a los aminoácidos y los lípidos para conseguir la energía necesaria. El problema de esta práctica es que tiene consecuencias para la salud, como deshidratación, cetosis, fatiga y pérdida de proteínas corporales. Además pone en riesgo a los riñones y el hígado.
Lo mejor de los hidratos de carbono es que los niños los toman, casi todos, con mucho gusto. Un plato de arroz o pasta es una apuesta segura con un pequeño. Las calorías diarias que necesita un niño de 4-6 años son 1.800 y de 7-10 años 2.000. Lo ideal sería que el 50-55 por ciento del total de esas calorías de la dieta diaria sean hidratos de carbono.
Los carbohidratos pueden ser simples, que contienen minerales y vitaminas de forma natural y tienen uno o dos azúcares, o complejos que aportan vitaminas, minerales y fibra y tienen tres o más azúcares. Los alimentos que aportan carbohidratos simples y que contienen vitaminas y minerales son:
- Las frutas
- Leche y derivados
- Verduras
Otros carbohidratos simples pero que no aportan nada más que calorías «vacias» son lo de los azúcares procesados y refinados:
- Golosinas
- Bebidas carbonatadas no dietéticas
- Los siropes
- El azúcar de mesa
La miel es una excepción porque aporta una pequeña cantidad de vitaminas y minerales.
Los hidratos de carbono complejos, también llamados ricos en almidón, los encuentras en:
- Legumbres
- Verduras ricas en almidón
- Panes, cereales integrales, arroz o pasta.
Una dieta equilibrada ayudará a la salud de tu niño y controlará la obesidad.
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