Enfermedades infantiles: Oxiuriasis o lombrices
Si el niño se rasca mucho el culete podría tener oxiuriasis, unos parásitos que todos conocemos como lombrices. Lo primero que deberíamos saber es que estos molestos parásitos no tienen nada que ver con la alimentación, por tanto es falso que el azúcar, las chuches o el chocolate puedan causarlos. Es una infección frecuente en preescolares y escolares, pero muy contagiosa, por lo que cualquiera podemos padecerlos.
Los niños tocan los huevos de las lombrices que quedan entre sus uñas y dedos. Cuando se llevan las manos a la boca, entran los huevos que se quedan en el intestino delgado, donde eclosionan y crecen las larvas. Cuando maduran bajan al intestino grueso, y en la zona alrededor del ano vuelven a poner huevos. Como provocan picor, el niño vuelve a rascarse y los huevos se diseminan a la ropa, de unas manos a otras e incluso por el aire. Incluso se los vuelve a inocular al llevarse los dedos a la boca.
Normalmente los síntomas son peores por la noche que es cuando el bichito pone los huevos. El niño además de tener picor, puede sentirse irritable porque dormirá mal y estará incómodo y puede provocarse lesiones por el rascado. Además el picor y las lesiones por rascado, pueden extenderse a la zona genital. El diagnóstico se realiza al ver las lombrices en la zona alrededor del ano. El médico puede pedir una prueba que básicamente consiste en utilizar cinta adhesiva transparente con la que se recogen los huevos para ser observados al microscopio.
El tratamiento es muy efectivo y por lo contagioso que es, generalmente para toda la familia. Suele bastar con una dosis y otra de refuerzo a las dos semanas. Además hay que mantener una buena higiene en toda la casa, especialmente en el baño, la ropa de cama y las manos y uñas. Los niños deben llevarlas cortitas y limpias. Siempre que podamos hay que impedir que se acerquen las manos a la cara, acostumbrarles a lavarse las manos y evitar que se rasquen. Estos consejos son también la mejor prevención.
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