Consejos antes las temidas rabietas

Seguro que más de uno ha sufrido una rabieta y no me refiero a una suya, sino a una protagonizada por nuestro hijo o hija. Hay veces que somos capaces de anticiparnos a ellas y otras, nos pillan por sorpresa. Cuando queremos darnos cuenta estamos ante la “niña del exorcista “o “el niño convertido en diablo de Tasmania”. ¿Y qué hacemos entonces?

Para ayudarnos a aplacar estas rabietas, la editorial Rubio – a través de su equipo de pedagogos – nos ha hecho llegar una serie de consejos que nos parecen interesantes para compartir. Así que aquí van:

– Mantener la calma.

– Hacerle saber que se dialogará cuando se calme y tratar de desviar el foco de atención.

– Reforzar las buenas conductas y valorar más sus emociones positivas.

– No pensar que es algo personal, ni un desafío.

– Investigar por qué se ha producido la rabieta.

– Establecer límites y normas. Ser coherentes y cumplir con lo que está permitido o no.

– Explicar las consecuencias de su mal comportamiento, no desde el punto de vista del castigo, sino de repercusiones que puedan entender.

– Trabajar la inteligencia emocional y que pueda identificar sus emociones.

El objetivo es que tanto los peques como los adultos seamos capaces de gestionar de la mejor manera posible estas situaciones, sobre todo, cuanto más pequeños sean. No olvidemos que las rabietas son una respuesta natural y habitual en la infancia. Es la forma en que nuestros hijos tratan de manejar la tristeza, el enfado o la frustración – ya sea por hambre, sueño, etc.

Así que mucha paciencia. Si contar hasta diez se nos hace poco, tratemos de llegar hasta cien, pero el objetivo es evitar salirnos de nuestras casillas y echar más leña al fuego.

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