Cómo enseñar el hábito de la puntualidad a los peques

Cómo enseñar el hábito de la puntualidad a los peques

Escrito por: Maite Nicuesa    20 octubre 2010    2 minutos

Los niños tienen su propia noción del tiempo que por momentos lo viven como si fuese eterno. De este modo en ocasiones se producen desencuentros en la forma de afrontar la jornada diaria por parte de niños y adultos. Por ejemplo, algunos peques tardan mucho tiempo en levantarse por la mañana cuando suena el despertador como consecuencia de la pereza. De esta forma, los padres sienten la presión de la prisa a la hora del desayuno para poder llevar a tiempo a los niños al colegio.

La puntualidad es un hábito que representa la responsabilidad que también deben ir adquiriendo los niños en base a sus obligaciones. Por ejemplo, los padres deben explicar a los niños que llegar tarde a clase varios días es una falta de respeto no sólo hacia el profesor sino también hacia los demás compañeros puesto que el correcto funcionamiento del aula implica la organización del grupo de principio a fin.


Los seres humanos aprendemos a través de la experiencia, por eso, los niños también deben aprender por sí mismos en base a sus propios errores. Si un día llegan tarde al colegio, tal vez se percaten por sí mismos de que a partir de ese momento tendrán que levantarse antes de la cama para poder realizar todo con más tranquilidad.

La puntualidad es un hábito difícil de aprender dependiendo del carácter porque de hecho existen adultos que son impuntuales y siempre llegan tarde a una cita. Otras personas en cambio, siempre tienen que esperar porque llegan a un encuentro demasiado pronto. Como todo en la vida, el tiempo remite al equilibrio entre la prisa y la demora.

Además, los niños van tomando conciencia del tiempo conforme van creciendo o también, cuando comprenden el funcionamiento de las agujas del reloj. Por eso, la puntualidad es también una forma de diferenciar el tiempo de ocio del tiempo de trabajo propio de la rutina escolar y las clases extraescolares.

Foto | Flickr-Morrisey

Reportajes


Comentarios cerrados