Castigo en los colegios

Existen diferentes formas de castigo para los niños dentro de los colegios, algunos de ellos deben realizar tareas comunitarias, otros son sacados por unos minutos del aula y otros, en los casos extremos, pueden llegar a ser expulsados. El objetivo es enseñarles, desde pequeños, que las conductas inadecuadas tienen sus consecuencias. Al respecto existen muchas familias que se encuentran a favor, otras muy en contra.

Muchas veces los maestros sienten que sus alumnos pasan los límites permitidos, y que su comportamiento no es el adecuado para una institución educativa, en esos casos es necesario tomar alguna medida para que se entiendan que los actos deben tener sus consecuencias.

Actualmente cada Comunidad Autónoma tiene la posibilidad de regular los propios decretos de convivencia y de establecer los derechos y las obligaciones de los alumnos, además de las sanciones que deben aplicarse en cada caso particular. Después, cada uno de los colegios e institutos los adaptan a un Plan de Convivencia.

Los castigos son aplicados desde muy pequeños, a partir de los tres años de edad se empieza a trabajar para hacerles entender que su conducta o comportamiento inapropiado tiene una consecuencia. Según Purificación Cruz, maestra y psicopedagoga señala que “El castigo debe ser inmediato, real y proporcional a la falta que el niño ha cometido”.

En ocasiones es muy difícil el cumplimiento de los castigos ya que el comportamiento de los pequeños se debe a la educación que reciben desde la familia o están vinculadas a las dificultades que tiene el niño ante una frustración o ante una negativa.

Normalmente a los pequeños se les priva de un recreo, sin pensar que esto es contraproducente, ya que si se trata de un niño inquieto necesitará jugar en el recreo para después poder estar concentrado y quieto en clase. Si lo privas de su momento de juego, cuando deba estar en la clase su comportamiento empeorará.

Vía | ABC
Foto | Flickr – Anna Cunha

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