Aprender a ser madre

Aprender a ser madre

Escrito por: Maite Nicuesa    28 noviembre 2010    2 minutos

Sin duda, ser madre es una labor difícil puesto que cada etapa de la vida de un niño es diferente. Por ejemplo, la infancia implica un cambio drástico respecto a la etapa de bebé puesto que el niño conforme va creciendo va ganando en autonomía, además, también comienza a hacer nuevas amistades aunque todavía sigue tomando al papá y a la mamá como un referente.

Es curioso cómo hoy día, muchas mujeres todavía siguen sintiendo culpabilidad a la hora de compatibilizar el cuidado del hogar con el trabajo. Es decir, a veces, no se sienten bien al no poder dedicar el cien por cien de su tiempo a los niños. Está claro que la exigencia interior es inherente a la mayoría de las madres que desean lo mejor para sus hijos.


Sin embargo, cualquier mujer debe de relajarse en este sentido, es decir, debe de descubrir que la clave de la calidad en la relación madre e hijo no reside en la cantidad de tiempo sino en la calidad. Es decir, en ese tiempo que es de verdad. Por ejemplo, ahora que se acercan las fiestas de Navidad es buen momento para recuperar tiempo y preparar planes para compartir en familia. Debemos renovar los lazos familiares con nuevas ilusiones y, por supuesto, con la magia de la Navidad.

Cada mujer aprende a ser madre en base a su propia historia. Es decir, a partir de su propia experiencia. Pero está claro que al igual que cualquier madre cuida de su hijo lo mejor que puede, también debe de cuidar de sí misma, debe de tener un espacio propio en el día a día, debe pensar en sí misma y en qué es aquello que desea puesto que además de su realización como madre también debe pensar en su realización como mujer que tiene otras muchas necesidades.

Foto | Así no hay quien viva

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un comentario

  1. camaleona dice:

    Cuánta razón!! Se repite una vez más aquello de que para querer a los demás debemos empezar por nosotros mismos… pero en el caso de nuestros hijos, muchas veces lo olvidamos. La Navidad es un buen momento para volver a cuidarnos y así cuidarles también a ellos.