Animar a los peques en la vuelta al cole
Aunque el año pasado grité a los cuatro vientos que mi hijo pequeño había dejado de llorar al ir al cole, lo cierto es que fue solo durante unos días. Su disgusto por la separación duró hasta que terminó el curso y, hoy he podido comprobar que no lo ha superado. Son solo unos minutos, pero los dos lo pasamos muy mal. El curso pasado, de acuerdo con su profesora, probamos de todo: separación rápida, lenta para darle tiempo a despedirse, recompensas en forma de pegatinas en el cole, pequeños regalitos o privilegios en casa…nada funcionó durante mucho tiempo.
Este año él está convencido de que es mayor y de no querer llorar, pero no puede evitarlo. Lo explica diciendo que no llora él, que son sus ojos que tienen muchas lágrimas. Volvemos a plantearnos estrategias que quizá ahora que es un poco más mayor, sí funcionen. He estado mirando juguetes infantiles económicos en venta online, me he hecho con una buena colección de pegatinas de coches, sus favoritas, y sobre todo trato de mentalizarme.
Es el primer día, no hay porqué precipitarse y pensar en que durará. Quizá este año se relacione más con otros niños y comience a jugar en grupo, lo que siempre es un gran aliciente para ir al cole. Puede que comprenda que no pasa nada por separarnos unas horas y sabe que a la salida estaremos ahí, como cada día. Quizá haya madurado lo suficiente y esto haya sido cosa de un día.
Mientras seguiremos contándole lo divertido que es el cole, lo super-simpática que es la seño, lo mayor que es y celebrando cada pequeño logro. Intentaremos motivarle cada día, sin presionarle, con cariño, palabras bonitas y algún que otro premio. Ya os contaré si por fin este año podemos decir adiós definitivamente a las lágrimas.